Encontrar la palabra buttermilk entre los ingredientes de algunas recetas de repostería (sobre todo en las horneadas) es fuente de dudas para muchas personas, según el lugar en el que vivan. Aunque en muchos supermercados del mundo se pueden encontrar junto con los productos lácteos refrigerados, hay en otros países en donde no siempre es posible llevarlo en el carrito de compras.


En Dulcear.com queremos contarte un poco sobre la buttermilk, cuyo nombre en español es “suero de leche” (aunque esto, a su vez, sea un un producto con características diferentes según el país), algunos datos importantes y una facilísima receta casera, para que no entres en pánico si este ingrediente es parte de tu próximo postre.


Aunque su nombre en inglés contiene la palabra “mantequilla” (butter), no es una leche mantecosa con alto contenido de grasa, sino que, por el contrario, es más bajo en grasa que la leche completa. Su nombre se refiere más a su origen, ya que el buttermilk era el líquido fino que quedaba en la batidora después de hacer mantequilla, que se fermentaba con sus propias bacterias.


Debido al proceso de industrialización, el suero de leche ya no proviene del batido de la mantequilla, sino de leches frescas pasteurizadas con bacterias estreptococos que producen una transformación de la lactosa en ácido láctico.


En repostería se usa con frecuencia para aumentar la esponjosidad y mejorar el sabor en panes, galletas, bollerías o masas, debido a que cuando se combina con bicarbonato de sodio, el ácido láctico del buttermilk reacciona enérgicamente, creando un gran aumento de tamaño y una miga especial.


Lo que debes saber sobre el buttermilk


  • Aunque su sabor nos recuerda al yogurt, son productos distintos porque las bacterias que producen la fermentación en cada caso son diferentes, aunque su función en procesos leudantes sea similar.
  • Su aspecto es parecido a la de leche desnatada pero su sabor es ligeramente amargo como consecuencia de la maduración de la nata en dicho proceso de transformación.
  • Tiene una textura ligeramente más gruesa que la leche regular pero no tan pesada como la crema.
  • El suero de leche comprado en la tienda es más espeso, más terso y más ácido que el suero de leche tradicional o hecho en casa.
  • Se conserva por más tiempo que la mayoría de los demás productos lácteos. Después de unos días en la nevera, el buttermilk se separa en sólidos y suero de leche, solo debes agitarlo y volverá a su estado original. Incluso se puede congelar, y luego meter en el microondas, a baja potencia, antes de usar.
  • El buttermilk también se consume como una bebida fría, ya que es una potente fuente de probióticos y cultivos activos, como el yogur natural, kéfir, kombucha, chucrut, kimchee y otros alimentos fermentados que ayudan a la digestión y promueven la salud intestinal.


¿Cómo hacer buttermilk en casa?


Es muy fácil obtener un sustituto de la buttermilk en nuestra cocina. Solo debes mezclar 240 mililitros de leche con una cucharada sopera de vinagre blanco o de jugo de limón, luego de 10 minutos de reposo, estará lista para usar.


Si no consumes leche de vaca, puedes realizar este mismo procedimiento con leche de almendras, de coco o la leche vegetal de tu preferencia.