Tomarse un té o cualquier otra infusión mientras se disfruta de un dulce puede convertirse en una experiencia de otro nivel, si seguimos recomendaciones expertas.
¿Cuál es el momento apropiado para hacer estallar el paladar con un humeante té o una infusión y un delicioso postre? ¿A media tarde o cuando se acerca la noche? No sé, pero estoy segura de que hay que intentar guardar en la memoria gustativa el maridaje ideal para compararlo con el siguiente instante de placer que nos brinde el destino en otra mesa.
“El mundo del té es muy amplio y lo ideal es que el comensal experimente sus propias armonías. Por lo general, en el caso de los venezolanos se trata de un paladar multicultural, variado, que no teme a lo novedoso”, afirma Miryam Sosa Herrera, tea sommelier y apasionada del arbusto Camellia sinensis.
Hay tal variedad de tés que se necesitaría un libro para hablar de cada uno. Se dice que es la tercera bebida más popular del mundo después del agua y el café. Son muchas las posibilidades de maridar con postres, aquí nos referiremos a las que seguramente harán salivar a los fanáticos de Dulcear.
Té y dulces: la oxidación hace la diferencia
El té blanco. Al cosecharlo se escogen hojas jóvenes y los brotes se protegen del sol. Generalmente se sirve sin leche ni azúcar. Es muy suave y tan especial que antiguamente solo lo tomaba el emperador.
El té verde. Las hojas se secan y fragmentan rápidamente después de recogidas. Combina muy bien con dulces de sabor sutil, helados, yogures o chutneys preparados con frutas, como la uchuva o el lichi.
Un dato importante:
El té verde hace que los chocolates oscuros estallen en la boca.
Los florales y fragantes, como este de Teart, que se mezclan con jazmín, se complementan muy bien con postres afrutados y terrosos, de allí que la arquitecta Sosa Herrera -artífice de @somosteart en Instagram- sugiere acompañarlos con manjares de frutas. “Con su astringencia, este té ayuda a digerir más rápido y te deja listo para otro bocado; además, contiene innumerables nutrientes y antioxidantes”.
Para la especialista, un ejemplo de buena combinación es el maridaje con los tequeños Las Tías elaborados con queso con guayaba y chocolate.
El té negro. Es el más popular en los países de Occidente. Se deja oxidar por completo. Su sabor es delicioso y armoniza con postres cítricos y pasteles. Con el agregado de especias, potencia el sabor de un brownie caliente, por ejemplo. Algunas tartas de limón lo incluyen entre sus ingredientes. Es ideal para limpiar el paladar y combina con comidas muy especiadas.
Los tés oolong oscuros van con nueces y especias.
Como dato interesante, la tea sommelier subraya que el lapsang souchong, por ser ahumado con roble y pino, marida a la perfección con carnes rojas, en especial de cerdo. Unas hebras en las caraotas o lentejas les confieren un exquisito sabor.
El té amarillo Pu-erh es un té verde madurado durante meses o años. Otros tés con diferentes grados de oxidación son Kukicha o té de invierno, lapsang souchong, matcha, turco o darjeeling.
El Early grey hace un maridaje especial con tarta de frutos rojos porque equilibra la dulzura con su toque de amargor.
Para darle un sabor de parrilla ahumada al kétchup se puede usar masala, té negro especiado, donde el cardamomo, el jengibre y el anís estrellado forman un blend que saca todo el sabor si se toma con un postre con chocolate.
Una creación de la que Miryam se siente muy orgullosa es Kokoart, infusión de alta gama con la que ganó una mención especial en el Concurso Ideas 2019 de Caracas Tea Company.
En Kokoart, el cacao venezolano se armoniza con canela, nuez moscada y jazmín para dejar en boca un sabor floral muy delicado. Los bizcochos combinan a la perfección con esa infusión. Como su ánimo de producir no se detiene, la especialista trabaja actualmente en mezclas que ofrecen nuevos sabores, como un masala con canela, cardamomo, anís, jengibre, clavos de olor y cacao.
Entre los acompañantes favoritos para una tarde relajada de té y dulces destacan las galletas, y es que los tés suaves son perfectos con polvorosas, así como con galletas tipo María. Las que están hechas con almendras van mejor con un té especiado.
El croûton, ese cuadrito de pan salteado en mantequilla que acompaña sopas o ensaladas, pide té verde o negro. Este último es ideal con galletas de limón.
Ante la taza
En este mundo hermoso y complejo, la preparación tiene sus secretos. Por ejemplo, el té verde se deja en agua hirviente no más de tres minutos; dos y medio si es de jazmín. El té negro, de tres a siete minutos. Kokoart se deja reposar de siete a diez minutos para potenciar el sabor del cacao. La marca favorita de Miryam es Twining, que tiene bergamota, y en chocolates prefiere el venezolano El Rey.
Hay quienes toman el té con azúcar, leche o crema, con jugo o cáscara de limón. La sommelier recomienda usar miel para endulzar, y los que deseen hacer una transición para degustar el verdadero sabor de la bebida pueden comenzar con el té verde con jazmín.
Las infusiones hidratan el organismo y ayudan a la digestión. En el mercado se consiguen tantas mezclas casi como hierbas y especias existen. Flor de Jamaica, limoncillo (también conocido como malojillo, citronela o hierba limón), menta, canela, jengibre, toronjil, manzanilla, regaliz, escaramujo o rosa mosqueta, tilo y anís se cuentan entre las más consumidas.
Cada paladar es libre de hacer las combinaciones que prefiera. Lo rico es disfrutar el camino que nos guíe a nuestro sabor ideal.
Para tomar en cuenta
Disfrutar de un té verde frío es una pequeña aventura gustativa cuyo proceso comienza por colocar el doble de la cantidad usual de hojas en agua a temperatura ambiente; se lleva a la nevera y se deja 24 horas. No hay secretos, solo paciencia.
Y si quieres saber cómo se toma el té, no te pierdas este artículo de Isbel Delgado, sobre 10 dulces modales para tomar el té.
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