10 oct
Tomar el té puede llamar a la calma y propiciar un momento de distensión con familia o amigos. Pero eso no significa que carezca de reglas. Por eso aquí compartimos algunas normas básicas para beberlo como se debe.
- La manera correcta de sujetar la taza es enganchando el asa con el dedo índice de la mano dominante. El pulgar sostiene la parte superior y el dedo medio da apoyo a la parte inferior. Los dedos anular y meñique van hacia atrás, mirando hacia la palma de la mano.
- En ninguna circunstancia debe levantarse el dedo meñique. Creer que este gesto es de buen gusto es un mito. En realidad, al hacerlo expresamos mala educación.
- Anteriormente, se tenía la costumbre de servir la leche antes que el té (en el caso de quienes toman té con leche). Sin embargo, la norma dice que el té se sirve primero.
- Cuando removemos el té con la cucharita, debemos hacerlo sin generar ruido. Para ello se debe evitar golpear la taza. Hacerlo de forma violenta e insistente no solo es inadecuado, sino que también se corre el riesgo de derramar el té en la ropa.
- Cuando terminamos de usar la cucharita, bien sea para remover o echar el azúcar, debe colocarse en el plato, detrás de la taza y en el lado del asa.
- La taza solo debe estar en el aire cuando estamos bebiendo el té. El resto del tiempo debe reposar en su plato. Si estamos de pie, debemos sujetar la taza con la mano dominante, y el plato con la otra mano. En este caso, el plato reposa en la palma y se sujeta el borde con el dedo pulgar.
- Mientras se bebe el té o se sostiene la cucharita, hay que evitar gesticular.
- No se deben mojar las comidas ni los postres con el té. No solo es una falta de educación, sino que además se altera el sabor del té, que es el protagonista del encuentro.
- El té (y las bebidas calientes en general) no debe sorberse. Si está muy caliente se espera un tiempo prudencial para poder disfrutarlo.
- El momento del té debe ser de disfrute. Las normas de etiqueta existen por una razón, pero no deben ser una camisa de fuerza ni un motivo para acartonarnos. Si nunca has tomado té, o estás descubriendo que lo has bebido de forma inadecuada durante todo este tiempo, no pasa nada. Siempre podemos aprender algo nuevo. Además, qué mejor excusa que esta para beber té con más frecuencia. ¡Que la hora del té sea un momento de feliz aprendizaje!
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