Alberto Lindner nos trae hoy un rico experimento: torta de fresas.



En Venezuela, la fresa crece como si fuera salvaje; sin mayor cuidado, en cualquier parte. Es una matica rastrera que crece con esquejes y florea casi todo el tiempo. La fruta esta entre lo dulce y ácido, pero con una textura que supera a muchas otras frutas más grandes.


Cuando era niño me gustaba tener varias en el jardín, cuidarlas, hacerlas crecer y quedarme con las frutas. Era muy divertido pues de cada plantica, salía como un brazo aéreo que al final llevaba una nueva planta con raíces y todo. La diversión era colocar macetas al lado para obtener nuevas maticas. Luego cortaba el cordón con una tijera (toda una metáfora de vida).  Mis amigos de la infancia, La Titi y el Nenecón, eran los mejores proveedores de fresas (y de plantas), pues era lo único que tenían en sus jardineras del balcón. Creo que en complicidad con la mamá de ambos.


El padre de mi compadre Valeriano, ya mas cerca del hoy,  tenía un terreno cerca de Caracas, en un lugar que se llama La Colonia Tovar,  y solo cultivaba fresas. Allá la gente es de origen alemán, todos son rubios y tienen los cachetes del mismo color de las fresas. Los alemanes de allá las saben trabajar y hacen unos dulces excelentes.


En este pasado octubre, estábamos en temporada por lo que se encontraban en los supermercados a buen precio. Fue así que compré medio kilo para hacer algunas pruebas.


Y aquí comienza la receta: La cesta de fresas, lavadas y sin tallo, la dividí en dos partes. Una mitad para ser salteadas con azúcar y la otra a la licuadora con la torta. Las fresas en azúcar se cocinan muy rápido; podemos agregar una o dos cucharadas de agua también. El azúcar es al gusto, pero quizá no mas de cuatro cucharadas.


En la licuadora:


Coloco primero cuatro huevos enteros con 3/4 taza de azúcar y 3/4 taza de aceite (esta taza es la medida de la taza de café con leche).

También añado una cucharadita de polvo de hornear y una de bicarbonato de sodio, una cucharadita de vainilla, una pizca de sal y media cucharadita de esencia de limón. Licúo bien hasta que se forme una crema.  Luego agrego 5 cucharadas de maicena y la mitad cruda de fresas naturales,  con 200gr de queso crema. Licúo otra vez y la mezcla se torna roja, y con un extraordinario olor.


La mezcla la llevo a un bowl y es donde se le agrego la harina, como una o dos tazas hasta que quede cremoso. Ahora suelo cernir la harina antes de mezclar. No se mezcla mucho, sino como queriendo envolver la mezcla.


Moldeado:


Coloco las fresas azucaradas en el fondo del molde, encima se coloca la mezcla de la torta y se hornea por una hora a 380ºF. Cuando huele la primera vez, le faltan 15 minutos. A la segunda vez, la podemos abrir y revisar si no esta cruda, con un palillo de metal o madera.
Al enfriarse la volteo y la llevo a la nevera por unas horas antes de servir. Yo preparo un molde de 25 cm de largo por 10 de ancho y 10 de alto, como para seis u ocho personas.


Quedaría muy bien acompañada con helado de vainilla.



Alberto Lindner comparte, inventa y cuenta deliciosas recetas en su blog: www.cocinardepie.blogspot.com