Para aromatizar, para hacer cremas pasteleras, cupcakes, bizcochos, tartaletas y pies, los cítricos son los grandes aliados de la repostería porque el toque ácido que aportan resulta refrescante y delicioso:

El limón: La ralladura del limón puedes emplearla para dar aroma a tortas, bizcochos, muffins y ponqués y también puedes agregar el zumo para hacerlas un poco más esponjosas. Al mezclarse con el bicarbonato del polvo de hornear que ponemos a nuestras preparaciones, el limón hace que levanten un poco más. A la hora de escogerlos, procura que estos sean de piel brillante, bien compacta, y aseguran que mientras más pequeños mejor, porque tendrán más líquido y menos semillas.  El zumo del limón también es empleado como conservante en mermeladas, confituras y jaleas.  Al rallar la piel del limón procura no llegar a la parte blanca porque esta suele ser amarga.

La naranja: Al igual que el limón se puede agregar a mezclas de tortas bizcochos, cupcakes, para darles un aroma especial, es muy empleada para dar ese toque chispeante a gelatinas, cremas pasteleras, sorbetes y helados. El zumo también lo puedes agregar a la mezcla de acuerdo a la receta y el sabor que quieras lograr.

La parchita (maracuyá, fruta de la pasión): Seguro también conoces el cheesecake de parchita o el pie de parchita que al igual que el de limón es muy famoso y adorado por muchos. Puedes usarla aprovechando su cascara, mientras que su jugo es un gran aliado en mermeladas y base para cócteles dulces. Y si quieres aprovechar  no solo el interior sino también la cascara pueden entonces entonces te recomendamos preparar cascos de parchita, un dulce muy sencillo de hacer que combina suavidad, delicadeza y sabor.  A continuación te dejamos la receta:

 

Cascos de parchita (maracuyá)


Ingredientes:

  • 12 parchitas maduras y lisas

  • 1 litro de agua

  • 1 kilo de azúcar



¿Cómo se prepara?


Lava las parchitas y retira la concha amarilla con un pelapapas.  Córtalas por la mitad, retira las semillas sáquele las semillas, con las que prepararás un jugo que luego vas a colar y hacer más suave con agua.

Hierve en agua los cascos de la fruta durante media hora. Agrega el jugo y el azúcar para hacer un almíbar, pon a hervir y luego a fuego lento durante  una hora, ó hasta que los cascos estén trasparentes y el almíbar espeso.

Coloca en frascos de vidrio y deja enfriar.

Una forma de servirlos: pon dos cascos en un plato de postre y agrega armoniosamente un poco de queso crema. Luego báñalos con un chorrito de almíbar.