Los rituales de fin de año de Chacha Fitness son ya una tradición para quienes queremos cerrar el año de buen humor.


Amores y amoras:


Como una no sabe hasta que sabe y de que vuelan, vuelan, les vengo a dejar mis tradicionales rituales de fin de año. Si el 2018 los angustia más que una fiesta sin tequeños (como a mí), les propongo lo siguiente.


Para la prosperidad:


Este baño los va a blindar contra la pelazón y la escasez. Primero van a recortar fotos de anaqueles llenos, de mesas servidas, de cosas ricas que se quieran comer y las pegan en una cartulina blanca. Prenden una vela verdecita como los dólares que se quieren ganar, van a destapar un toronto, le pegan un mordisquito mientras engrapan el envoltorio en su mapa del tesoro, y mientras el chocolate se disuelve van a recitar:

"Que me inviten a parrillas / que me brinden cien dulcitos / que no falte la empanada / ni mi arepa con diablito. / Me declaro en abundancia / en plenitú vencedora / con quesillo, gelatina / y torta en la batidora. / Que haya siempre en mi nevera / queso, ñemas y aguacate / Que pueda comer pasticho / y helado de chocolate / Que me alcance pa'l atún / que consiga pepsicola / y si se acaba la harina / la reponga superchola / Que me sobre la Nutella / y también la guarapita / y que brinde con la izquierda / pa' que siempre se repita / Que así como obtenga, dé / y comparta mi poquito / que no me vuelva caleta/o / ni pichirre porque es chimbo / que otro tenga y no te brinde / margarina pa'l bollito".

Después se van a bañar y en el último enjuague se echan un poquito de agua de hallaca para que el 2018 los consiga perfumados de abundancia.

Para la salú:


De los clamores de crisis que golpean mi nevera, les comparto esta receta infalible, que nació cuando me disponía a comerme un rico helado de ron con pasas (la botella de ponche quedó mal cerrada, se volteó y bañó todo, incluida mi tacita de helado. Casi me muero, pero el resultado fue glorioso) ¡Fue como una señal divina! Como sabrán, el alcohol limpia, desinfecta y purifica, pero como el ponche está carito, les ofrezco esta opción que es un poco más solidaria y potencia los sabores a un nivel mágico, orgásmico, fantabuloso. Agarran dos cucharaditas de helado de ron con pasas, chorrito de ponche al gusto, tres vuelticas con la cucharilla y repiten:

"Gran poder del ron con pasas / y del ponche bien friíto / que este año que ya llega / no me caiga ni coquito / De las pestes me protejas / de los golpes y del hipo / Líbrame de los achaques / no te lleves mis kilitos / y si un zancudo me pica / en lugar de darme zika / se rasque con mi palito": ahí se meten una cucharada grande, que pueden acompañar con un pedacito de panetón (la receta de mi famoso panetón enchumbé la consiguen en mis columnas del año pasado). Si no consiguen ron con pasas, pueden jalarle un poco al señor don portu abastero de su confianza, o me mandan un dm y los pongo en contacto con Jean-Luc. Solo no abusen porque después se enratonan y así tampoco.

Para el amor:


Para este ritual necesitan una torrecita de panquecas con bastante miel, una vela blanca y una foto de su potencial amado o amada. Prenden la vela, ponen la foto debajo del plato y recitan:

"Por la pollina de Lila / por el moño de Afrodita / por la miel de estas panquecas / que mi cuerpo necesita / te pido, gran Universo / échame una ayudaíta / ¡ya no quiero lamparear / con este quiero la cita! / Que sea bueno y afanoso / tráemelo generoso / que me ofrezca cosas ricas / que no me niegue una susy / ni se robe mis nucitas. / Que no sea mentiroso / ni un empate desastroso / que de esos ya te los tuve / y que si me monta cachos / que le caigan diez empachos / por bicho y por igualado. / Que me salga cariñoso / divertido, bien portado / Pues si me da pirulines / yo le doy seis querubines / y hasta un brownie con helado.


¡Feliz año nuevo! Y colorín colorado, sabrosito habrás dulceado.