La marquesa de chocolate es ese postre fácil que en Venezuela sabe a celebración. Hoy tenemos el placer de compartir la receta de Carmen Piedad Montelongo (@lamontelongo) esa «cocinera por vocación y foodie por adicción» que nos anima a todos a meter las manos en la masa porque nos cuenta paso a paso, y sin reservas, cómo se logran todas las delicias que ella prepara.


En nuestra Tienda Dulcear encontrarás el Kit de Marquesa de chocolate para que te lleguen a casa los principales ingredientes que necesitas para preparar este rico postre, con el chocolate de nuestros aliados Herencia Divina. (Kit Marquesa de chocolate)


Aquí te dejamos la receta de nuestra querida Carmen Piedad Montelongo, tal como ella la comparte en su cuenta de Instagram:


Ingredientes:


(8 personas)


1 lata de leche condensada.

200 g de mantequilla sin sal.

1 taza de leche.

1 tabletas de chocolate de excelente calidad (aproximadamente 250g. Hoy usamos Sabores de Doña Petra de @chocolateria_hd).

2 paquetes de galletas María.



El Kit de Marquesa de Chocolate de Dulcear


¿Cómo se prepara esta marquesa de chocolate?


Bañamos el chocolate con María hasta que ella lo deshaga en su calor.


Jamás sobre el fogón porque lo amargaríamos.


Sí fuese necesario agregamos un chorrito de leche para ayudar a derretirlo. No lo ahoguen porque perdería consistencia.


Vamos paleteando hasta que deja de ser una tableta sólida y se convierte en una crema untuosa.


Batimos la mantequilla y la hacemos palidecer.


Cuando "creme" agregamos la leche condensada muy lentamente y sin dejar de batir.


Si vemos que se está "aguando" no usamos 1 lata sino 1/3.


La calidad de la mantequilla o la espesura de la leche condensada puede determinar eso.


Debe resultarnos una crema densa y consistente.


En este momento agregamos el chocolate lentamente. El chocolate no puede estar caliente porque derretirá nuestra crema. Lo conservamos en baño de María, tibio, para evitar que se solidifique .


Batimos hasta que se fundan los sabores y la crema de chocolate fluya lustrosa y manejable.


Engrasamos un envase de vidrio, suavemente con unas gotas de aceite y usando los deditos que Dios nos dio como herramientas amorosas. Ese aceite no se siente y permite seccionar sin dejar la mitad del alma pegada al envase.


En una taza colocamos leche, hay a quien le gusta endulzarla con azúcar y vainilla, o incluso ponerle algún licor. A mi me gusta con bastante chocolate y sin distracciones.


Humedecemos una a una las galletas. Entran y salen. No las suelte en la leche porque las pierde para siempre. Las coloca en el fondo del envase. Y cementa con chocolate. Nuevamente galletas y otra vez chocolate, hasta colmar la paciencia del envase.