Marbelis Daliz habla con entusiasmo. Es una de esas venezolanas que transmite energía. Y con ese mismo empuje prepara sus postres, esos que se venden en el  Caffe Piu de Caracas y que podemos ver también en su cuenta Instagram @Chantilly_1997.

Presume de tener un taller de repostería con una hermosa vista al Ávila, allí se desconecta, da rienda suelta a su imaginación y a su pasión por la pastelería.

Desde hace 14 años se dedica al oficio. Comenzó haciendo solo los dulces para  Caffe Piu, en Bello Monte, y ahora los comercializa también en otros locales. A la hora de preparar los postres considera que la calidad en los ingredientes es  fundamental. Pese a la situación económica que atraviesa el país, Daliz se suma a la lista de los que siguen apostando por esta tierra y está decidida a alegrarle la vida  a más de uno con uno de sus deliciosos postres.

“Los venezolanos necesitan de alguien que les endulce la vida”, afirma.

Al preguntarle cuál es el postre que  más le agrada a sus clientes, responde sin dudar, que se trata del tiramisú,  del cual tiene su propia versión. En principio fue hecho con la receta de su suegra que es italiana, pero ella lo adaptó a su propio gusto.  “El de mi suegra era muy clásico y hecho en bandeja, yo lo versioné en tortas para que lo puedan picar por raciones”, señala.

“Me encanta trabajar con el chocolate, bien sea el blanco o el oscuro. Mezclarlo y trabajarlo con frutas”, indica mientras los antojos saltan ante tan tentadora descripción.

Como muchos emprendedores de la repostería en Venezuela, Daliz sueña con un espacio propio, donde haya un jardín al que sus clientes puedan llegar a saborear sus postres, tomarse un café y contagiarse un poco de su paz, esa misma que ella percibe cuando se interna en su taller de repostería.

 

En Instagram: @Chantilly_1997