Le dicen “helado salteado”, “helado frito” o “helado a la plancha”, aunque de caliente no tiene nada. El helado enrollado es una de las modas dulces más populares en el mundo, con un número creciente de comercios que lo ofrecen en distintos países. ¿Cómo se prepara? A mano. Para comenzar, se necesita una plancha o bandeja helada, con temperaturas por debajo de los cero grados. Sobre ella se vierte una crema base, que al contacto con la superficie fría comenzará a endurecerse. Antes de que lo haga, el heladero le añadirá los elementos que el comensal elija: pueden ser trocitos de frutas, pedacitos de tortas o galletas, mermeladas, siropes, trizas de caramelos, etc.

El siguiente paso será picotear y paletear bien la mezcla con dos espátulas para terminar de integrarle los sabores añadidos y luego aplanarla bien sobre la bandeja. Una vez que la crema cuaja y se endurece lo suficiente, solo queda hacer virutas con una de las espátulas para formar varios rollitos, que se agruparán con una tenaza para constituir cada porción. Sobre ellos pueden añadirse luego más toppings, como frutos secos, marshmellows, galletas, frutas, chispitas, gomitas, crema batida o jarabes dulces.

Aunque el helado enrollado se originó en Tailandia como un postre callejero y poco a poco se fue expandiendo a otros países del sureste asiático, fue al llegar a EEUU cuando causó furor. En menos de dos años, se ha traducido en un buen número de expendios que lo adoptaron como su especialidad.



Helado en rollitos en tu cocina

Si quieres probar cómo hacerlo en casa, vas a necesitar una bandeja metálica (sin teflón, para no rayarla; si puedes refrigerar más de una, mejor) que debes situar en el área más fría de tu congelador por varias horas antes de usarla. Según la chef irlandesa Gemma Stafford, autora del sitio web www.biggerbolderbaking.com, puedes preparar tu propia base casera mezclando bien una taza de crema de leche con media taza de leche condensada. Antes de comenzar, es importante que tengas lista la mise en place de los ingredientes ya troceados con los que desees preparar tu helado.

La preparación es la misma: debes verter la crema sobre la bandeja helada, añadir los ingredientes saborizantes y terminar de picarlos y homogeneizarlos revolviendo con un par de espátulas. Después toca esparcir la mezcla por toda la bandeja de la forma más pareja posible y colocarla en una superficie plana en el freezer para dejarla endurecer por un par de horas más. Luego ya puedes hacer tus rollitos: basta con deslizar la paleta de extremo a extremo con firmeza en un ángulo de 45°.

Debes tener presente que mientras más ancha sea tu espátula, más altos serán los rollitos que obtendrás. También debes considerar que la mezcla se derrite rápido, por lo cual no puedes tardarte mucho en servirlos. Si no deseas esperar a que la mezcla se congele por horas, puedes usar un método un poco más complicado, pero a la vez instantáneo y con menor formación de cristales: puedes colocar tu bandeja metálica con la mezcla sobre otra que contenga trozos de hielo seco picadito. Esto permitirá que la crema se endurezca prácticamente enseguida.

Además de ser divertido de preparar, la ventaja de este tipo de helado es que cada quien puede elaborarlo con los sabores y proporciones que más le gusten. Es ideal para dar rienda suelta a la creatividad y compartir en familia o entre amigos.

Imagen: Bigger Bolder Baking