Los dulces de Navidad en Venezuela que todo el mundo conoce son el dulce de lechosa y la torta negra, pero hay regiones del país que también tienen sus propios manjares en época decembrina.

Al hablar de postres navideños en Venezuela, la mayoría de las personas pensaría sólo en los más tradicionales: el dulce de lechosa, la torta negra y el panetón, algunos muy propios y otros adoptados por influencia europea. Pero no todo termina allí, hay otros poco conocidos pero que también sirven durante la temporada decembrina.

La cocinera Zuleima Padrino mencionó el dulce de lechosa como el más representativo de la dulcería criolla. Aunque aclara que se acostumbra a consumir todo el año, en Navidad tiene un sitial de honor en la mesa. En cada región puede cambiar según los gustos y costumbres, pero la receta tradicional es básicamente la misma, igual ocurre con la torta negra, según comenta.

“Al dulce de lechosa en algunas zonas del país le colocan piña rallada y queda como puré o le agregan trocitos de piña, también hay gente que le coloca orejones”, detalló.

La torta negra llegó a nuestra mesa desde Trinidad, aquí en Venezuela por ejemplo le colocan chocolate y ya muchos no la llaman torta negra sino torta de Navidad, según explicó la cocinera especialista en dulcería criolla.

Hay algunas regiones del país que tienen sus particularidades y adicional a los postres más conocidos, en diciembre sirven otros muy propios.

En cada región, su dulce


En Los Llanos el carato hecho con maíz pilado, canela, guayabita dulce y clavos suele ser ofrecido a quienes llegan a visitar a las familias durante Navidad. “Para hacer esta bebida se sancocha el maíz, luego se licua y se cuela, se endulza con papelón y azúcar. Lo usan mucho para brindar”, explica Padrino.

En la región Guayana, en estados como Bolívar se come en Navidad el mazapán que se hace con almendras o con merey molido, también se elabora el turrón de semilla de merey  con papelón o azúcar. El mazapán propiamente es de origen árabe, pero luego se introdujo a Europa y de allí a Latinoamérica.

“El papelón está presente en muchas preparaciones, al igual que las frutas. Eso de mezclar sabores y olores viene de generación en generación y utilizamos bastante las especias como la canela, el clavito, guayabita, anís dulce”, precisa Padrino.

En las costas, en el oriente del país acostumbran a comer Cabello de Ángel, en ciudades como Carúpano es un postre que no puede faltar y que además suele comerse en otras épocas del año, no sólo en Navidad. Padrino explica que este dulce es elaborado con la fruta que lleva el mismo nombre o también se le conoce como zapallo o calabaza gigante. “Por fuera es muy parecida a la patilla y se da mucho en Campiarito, en las costas venezolanas del oriente. Cuando abres la fruta su pulpa es hilachosa, algunos creen que se elabora con lechosa rallada, pero no es así”, indica.

En el estado Monagas, específicamente en Uracoa, un municipio ubicado al sur de la entidad, en época decembrina también se consume un postre llamado Churrucho. El periodista grastonómico y creador de Monagas Gourmet, Jorge Hernández, explica que se trata de un dulce elaborado con una especie de cuajao de leche con papelón, canela y especias, además de Navidad también lo consumen mucho en Semana Santa.

En Aguasay, otro municipio de Monagas, ofrecen a las visitas Turrones de Merey, ya que este fruto seco se da mucho en la zona.

En el occidente hay postres que pese a ser procedentes de Europa, han sido adoptados de manera más notoria en algunas ciudades del país. En Ciudad Ojeda, en el estado Zulia,  el panettónes muy consumido durante noche buena, “es uno de los preferidos”, señala la periodista Estrella Velandia.

En el Zulia también comen Cabello de Ángel y un postre llamado Limonsón, según confirma el periodista gastronómico, panadero y pastelero zuliano Héctor Galbán.

El limonsón se elabora con un fruto parecido a la toronja, su tamaño es grande. Se dice que es un injerto entre el limón y la naranja. Además de esta fruta lleva clavitos de olor, vainilla, azúcar y canela.

A la fruta se le quita la concha, las semillas y se trabaja con la pulpa; esta se coloca en una olla con agua y se pone a hervir, luego se bota el agua y se lava. El procedimiento se repite varias veces hasta quitarle el sabor amargo.  Aparte se pone a hervir el azúcar, la canela y los clavitos en dos litros de agua se incorpora la pulpa y se deja cocinar a fuego medio hasta que el almíbar espese   y la pulpa se haya transparentado, finalmente se agrega el toque de vainilla.

El Cabello de Ángel además está presente en la dulcería criolla de Los Andes. Ana Carrero, recuerda sus raíces andinas y las navidades de su niñez. “Suele comerse dulce de Lechosa pero con piña , cabello de ángel, el majarete y el manjar, este  último se hace con maizina, jugo de piña y azúcar, o leche y coco. También se hacen las naranjas rellenas con arequipe, para eso tienes que lavar muy bien las conchas de la naranja para sacarle todo el amargo.

Finalmente aterrizamos en los estados del centro del país donde no puede faltar la  torta negra y el arroz con leche, que se sirve en la cena de Navidad y para dar la bienvenida al año nuevo.

Sea cual sea la región, haya o no postres que predominen lo más importante en estas fechas es que siempre reina la unión familiar y si a eso le agregamos un dulce hecho con cariño y dedicación, resulta mejor.