La venezolana Cynthia Rodríguez convirtió su debilidad por los postres en una gran fortaleza. Ella adora el dulce, pero pensar que en sus genes está latente el monstruo de la diabetes, la llevó a usar su ingenio y su talento repostero para crear unas barras energéticas que, además de cuidar su salud, están conquistando el paladar de muchos en Canadá, país al que emigró en el 2014.

Bajo el nombre de Cynergie Fait Maison, comercializa estos nutritivos bocadillos elaborados de artesanalmente y en seis sabores que llevan un sello propio.

“Yo siempre he sido una persona muy muy dulcera ¡a morir! y me cuesta muchísimo pensar siquiera en la idea de una dieta porque no puedo renunciar a los dulces… Siempre estoy pensando en elloss… Imagínate que a mí me encanta comer, pero si estoy comiendo y sé que no me va a quedar espacio para el postre, paro de comer”, cuenta Rodríguez, quien es periodista de profesión.

¿Cómo comenzó tu relación con la repostería?

Una de mis abuelas era repostera, hacía tortas para vender cuando yo era pequeña y a mí me encantaba meterme en la cocina y ver todo lo que ella estaba haciendo y jurungar. Ella además era súper alcahueta, como todas las buenas abuelas: me dejaba que me chupara las aspas de la batidora y siempre me llamaba para darme la perola del dulce de leche… Mi papá heredó un poco esa tradición y hacía galletas, tortas, dulces… Ellos dos tenían toda una artillería del azúcar en la casa. A mí siempre me ha gustado cocinar, pero sobre todo salado, no hago tanto dulce en casa porque me gusta tanto comerlo que trato de regular la ingesta.

¿Es una relación de amor-odio?

No puedo decir que sea una relación de amor-odio. Pero sí puedo decir que es de amor-cuidado. Mi abuelo y mi papá eran diabéticos y siempre he tenido ese temor de que eso está en mi línea familiar. Durante el embarazo era una de mis preocupaciones, lo de desarrollar diabetes gestacional, y en general siempre me ha preocupado, no porque sea una maniática de las dietas, sino precisamente como sé que es mi talón de Aquiles trato de regularlo… Por ahí viene precisamente el tema de las barras…

De eso queremos hablar, cuéntanos sobre tus barras Cynergie.

Algo que aprendí de mi papá es que muchas de las cosas que consumimos compradas en el supermercado, hay una maneras de hacerlas en casa… Entonces hace algún tiempo, cuando mi hija estaba pequeñita y la amamantaba, yo comía muchas barras energéticas comerciales porque siempre tenía hambre, por el estrés de la lactancia y el hecho de ser mamá emigrante. Un día me puse a leer artículos sobre qué contenían estas barras y me di cuenta de que no eran nutritivas como pensaba, de hecho las que me gustaban no eran precisamente las más saludables, y las que sí ofrecían el contenido nutricional no tenían buen sabor, eran como una cosa hippie que sabía a cartón picado…

Me puse a investigar en internet y encontré una receta, pero la primera vez que las hice, me salieron horribles... Entonces me puse a trabajar sobre esa receta para ver cómo podía modificarla y di con una formula y comencé a hacerlas en casa para mi esposo, mi nena y mis amigos.



¿Y cuándo te diste cuenta de que podías comercializarlas?

Un día de otoño fuimos a un paseo con unos amigos a recoger manzanas en una finca y como iba a ser un paseo largo, hicimos un picnic y llevé las famosas barras que estaba haciendo en casa; estos amigos las probaron y me dijeron eran muy ricas y que tenía que venderlas… Eso no me pasaba por la cabeza en ese momento, pero con lo complicado que ha sido para mi esposo y para mí encontrar trabajo como periodistas aquí, pensé en la posibilidad.

Entonces di unos pequeños pininos, y puse las barras en venta a través de una página en donde la gente que cocina en su casa puede ofrecer sus comidas (www.cooksfromhome.com). La dueña del sitio web las probó y le gustaron mucho, me dio una serie de consejos y me puso en contacto con mucha gente, pero sobre todo me alentó a seguir adelante con mi proyecto.

Entre las personas que las probaron estaba una entrenadora personal que quería unas barras con unos requerimientos muy específicos, entonces adapté la receta a lo que ella necesitaba y hoy ella es mi principal cliente.

Dulce emprendimiento en francés

Con la idea de emprender seriamente su propio negocio en Montreal, Rodríguez se inscribió en la escuela de emprendedores de la localidad y está aprendiendo a darle forma a su producto para lograr una exitosa comercialización. “El curso lo estoy haciendo en francés, en contacto con personas que ya han pasado por esto, estoy adquiriendo muchísima experiencia y sobre todo soltándome un poco más en esta sociedad a la que emigré”.

“Mi idea es hacer un snack que sea muy sabroso, y creo que ese es el valor principal de lo que hago: son muy ricas y a la gente le provoca comérselas… Se las comen como si fuera una chuchería, pero en realidad todo lo que están consumiendo es muy saludable. Son los ingredientes que te mandan a comer los nutricionistas”, cuenta.

“A los niñitos les fascina, mi hija se las devora, y a su mejor amiguito que también tiene cuatro años le encantan… La clienta que me compra para su estudio de entrenamiento, siempre me pide una docena para su niñitos, que también mueren por las barras”, asegura.

El otro beneficio de estos bocadillos que destaca su creadora es que calman el hambre rápido: “por ejemplo si estás en la calle y te pega el hambre, mi idea es que tengas una barra en tu cartera y no tengas que comerte un croissant o un pastelito de chocolate que te vaya a generar culpa después”.

Las barras Cynergie son crudas, ni siquiera están horneadas, y llevan el sello artesanal por donde se miren. “Como yo misma las preparo y las envuelvo en casa, trato de que todos los materiales de presentación sean cónsonos con la idea de comer natural, que te hagan bien a ti y al ambiente, por eso el material con el que las envuelvo es completamente reciclable”.

Cuéntanos sobre los sabores…

Como a mí me gusta comer tanto dulce, comencé a buscar una solución que se pareciera a una galleta o a un chocolate, pero con ingredientes saludables, por eso mis barras tienen una mezcla de avenas, dátiles, miel de abejas de Quebec o sirope de agave, nueces, almendras y mantequilla de semillas de girasol. Esos son mis ingredientes base y he ido añadiendo otros. Actualmente las hago de seis sabores, cada una con un nombre que de alguna manera evoca un estado de ánimo:

  • Bliss: con cranberrys secos y agua de azahar.

  • Wake Up: con granos enteros de café tostado.

  • Treat: con chips de chocolate oscuro.

  • Chiquita: con cambur, coco y limón verde (mi homenaje al trópico).

  • Boost: con semillas de calabaza, una mezcla de cuatro especias (jengibre, nuez moscada, clavo y canela) y ralladura de jengibre natural.

  • Ciao Bella: una barra con cacao y avellana.


¿Cómo las comercializas actualmente?

Ahorita estoy vendiéndolas directamente a unos pocos clientes que tengo, la idea es empezar a comercializarlas masivamente y sobre todo llevarlas a los gimnasios y a estudios de diversas ramas de entrenamiento personal como pilates, yoga y gimnasia, porque resultan una muy buena opción para las personas que se quieren recuperar después de un entrenamiento o que quieren un snack para aguantarse hasta la siguiente comida. Estoy en la fase de plantearme bien cómo voy a extender la comercialización, haré un website y una tienda virtual para ofrecerlas por allí, también las llevaré a pequeños mercados artesanales…

También cocina libros

La cocina, el periodismo, la maternidad, la emigración y Montreal son ingredientes que Cynthia ya había mezclado hace unos meses y el producto final ya salió del horno: el libro “Relatos y Recetas: historias y sabores de la inmigración latinoamericana”, en el que compila experiencias de otras madres emigrantes y sus sabores de origen.

Esta obra contó con el apoyo del Centro de Ayuda a las Familias Latinoamericanas, un organismo sin fines de lucro al que la venezolana frecuenta junto con otras mujeres de diversos países, en búsqueda de apoyo mutuo en la nueva vida que les ha tocado vivir. Actualmente el libro puede comprarse directamente en dicho organismo, aunque anunciaron que pronto estará disponible en las librerías canadienses.

 

En instagram: @CynergieFaitMaison

Fotografías: Cortesía Cynthia Rodríguez 

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