Aquí compartimos varias ideas para que los principiantes puedan lucirse con la presentación de los dulces. No requieren complicadas técnicas y se usan recursos que tenemos normalmente en casa:

Las frutas son uno de esos recursos fáciles, accesibles y estéticos al momento de decorar. Generalmente se aplica una capa homogénea y fina de frosting o crema encima de un bizcocho con una espátula hasta que quede uniforme. Si prefiere una textura irregular y marcada puede usar una cuchara al revés o una espátula e ir dando pequeños toques encima, luego coloque las frutas de su preferencia, pueden ser de un solo tipo o color, pero también puede jugar combinando tonalidades. La decoración también se puede complementar con flores comestibles.

El truco del encaje. Una vez listo el bizcocho, se coloca encima un trozo de encaje o una blonda con el diseño elegido y se espolvorea azúcar glas a través de un tamiz para obtener este patrón deseado.

Si de motivos infantiles se trata, no necesita expertas habilidades. Una manera práctica de decorar se logra con caramelos, cuánto más coloridos mejor. Sólo pegue algunos a lo largo de los bordes para crear una obra maestra de tonalidades en cuestión de segundos. Puede jugar también con chupetas, trozos de algodón de azúcar y gomitas. También puede  personalizar su torta con juguetes en miniatura, colocados de manera que sean fáciles de retirar antes de picar y servir la torta.

El glaseado es una técnica sencilla que nunca falla. Para decorar un bizcocho de unos 30 cm de largo, tamiza 175gr de azúcar glas en un cuenco y agrega una cucharada de agua caliente. Ve mezclando con ayuda de una cuchara o un batidor de varillas, y agrega solo un poco más de agua si es necesario mientras trabajas la mezcla hasta conseguir una pasta fluida. Si lo quieres más blanco, agrega unas gotas de limón.