Los cambios bruscos de temperatura pueden afectar a tu cheesecake. Te recomendamos que al terminar el tiempo de horneado que indica la receta, apagues el horno y dejes dentro la cheesecake una media hora más. De esta forma, irá perdiendo el calor gradualmente. Luego déjala unos minutos a temperatura ambiente mientras haces espacio para ubicarla, al menos 4 horas, en la nevera, aunque si la dejas allí toda una noche el resultado será aún más impecable y delicioso.

En Dulcear compartimos los mejores consejos para que tus postres queden perfectos.