¿Conoces las reglas de etiqueta dulcera? ¿Sabes cómo desenvolverte en sociedad al saborear postres de distintos tipos? Aquí te comparto los principios básicos de mi manual de urbanidad para que seas el dulcero más elegante del lugar


  1. Si te llenas la nariz de crema o azúcar pulverizada, no está bien visto lamértela (sí, aunque la lengua te llegue). Sonríe con la boca cerrada, usa una servilletica y listo. Si estás de pie, ponte el platico abajo para que no riegues burusas. Si estás sentada/o, el platico debe permanecer en todo momento sobre la mesa y ser tú quien se incline, a no ser que estés en una piñata y te la hayan llevado a tu lugar. En ese caso, es perfectamente aceptable situar el plato a la altura del pecho.

  2. Si estás comiendo dulces con centro cremoso que no requieren cubertería (léase: Bombas rellenas de crema pastelera, etc), recuerda que aplica el mismo modal básico al comer perrocaliente: debes sacar discretamente el pompi e inclinar el torso hacia adelante para evitar accidentes. No hacerlo puede significar que te empatuques de Crema Pastelera y comprometer la higiene de tu indumentaria.

  3. Cuando comemos postres con las manos, parar el dedito meñique es una señal de elegancia inequívoca, pues denota concentración, respeto y reverencia hacia la persona que preparó tan delicioso manjar. Si al terminar de comer te vas a chupar los dedos en señal de alto agrado, recuerda que debes empezar de los pulgares hacia afuera, en estricto orden de pegostosidad.

  4. Lamer las paletas de la batidora o raspar las ollas solo debe reservarse para ambientes de altísima privacidad. De ser posible, debe hacerse en solitario o solo ante quienes tenemos en profunda estima y consideración, en cuyo caso hemos de ofrecer cortésmente a nuestros allegados una de ambas paletas como gesto de buena voluntad (si trabajas en una pastelería probablemente no sea tan buena idea lamerte las paletas a cada rato, pero si la torta es de chocolate, pues tú ves).

  5. Al merendar entre amistades, ten presente que un excelente chiste o un chisme inesperado puede causar una tragedia, sobre todo si tu interlocutor está en pleno mordisco de la milhoja o si se acaba de tomar un sorbo de chocolate caliente. Has de ser siempre cuidadoso en tu timing para que no salgas perjudicada/o.

  6. Si preparas postres con leche condensada, recuerda que el derecho a raspar y/o cucharear el resto de la lata corresponde a la persona de mayor edad o jerarquía en dicho ambiente. Si no estás en tu territorio, esta prerrogativa corresponderá al dueño de esa casa. No obstante, estará bien visto que te reserves solo la tapa.

  7. Si estás comiendo helado, el protocolo dicta que debes lamer delicadamente el borde de la barquilla y hacerla girar poquito a poco para que no hagas un desastre (debes hacerlo con recato y por secciones cortas para no faltar a la moral y las buenas costumbres). Esto hará que el centro del helado vaya hundiéndose hacia el medio del cono y siempre tu barquilla tendrá relleno hasta el final. Si se trata de un helado de paleta, procura no hacer ruido al sorber. Si es un raspado, no introduciremos en público la lengua dentro del vaso. A no ser que tenga en el fondo leche condensada, obvio. Entonces sí.

  8. Al retirarnos de una celebración, está bien visto pedir sutilmente un pedacito de torta para obsequiar a nuestra señora madre, como símbolo de que estamos tan satisfechos con la calidad del postre servido que deseamos compartir esa deferencia con el ser que nos dio la vida. Hemos de solicitarlo tal cual,  en lugar de usar expresiones coloquiales como “pa’ pola”, “con esto ceno”, y muchísimo menos “estás pasada de pichirre, pónme más”. Hemos de sostener ambos platicos con ambas manos para no dejar reguero. Si se nos confiase un tupperware (signo máximo de confianza en nuestra honradez y responsabilidad), hemos de retornarlo limpio, a tiempo y así sea con un susy adentro.


Y colorín colorado, sabrosito habrás dulceado.


 

Si te interesaron estas divertidas pero útiles normas de etiqueta dulcera, tal vez también quieras conocer estas sobre el té (un poco más serias) de nuestra columnista Isbel Delgado.


10 dulces modales para tomar el té