La primera clave uno es que la proporción de agua va relacionada con el punto que se quiera obtener, desde partes iguales de agua y azúcar hasta 3 o 4 decilitros de agua por kilo de azúcar, así que hay que tenerlo claro desde el principio. 

La segunda clave es que hay que remover hasta que comience a hervir y quede transparente. 

La tercera clave: durante la cocción conviene humedecer las paredes de la olla para evitar que se formen cristales y la otra clave es que cuando el almíbar se esté formando debemos remover suavemente, para evitar que se formen grumos.

 

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