La joven venezolana, radicada en Barcelona, España, conversó con Dulcear sobre cómo ha logrado posicionarse en la alta repostería y cuánto ha aprendido en ese camino

Fotografía: Efrén Hernández @esefren

La chef pastelera Andrea Dopico Cafarelli, conocida como “Andi” por sus amigos, es de esas jóvenes de la diáspora venezolana que no para de brillar por su talento, disciplina y compromiso en su quehacer.

A comienzos de este año, dejó en alto el nombre de Venezuela al ser incluida por la revista Forbes entre el grupo de 30 jóvenes promesas de Europa, en la categoría Arte; al igual que en la lista de los 30 inmigrantes más influyentes en el viejo continente;  reconocimiento que ya venía precedido por el éxito que se coronó al haber sido la única mujer en llegar a la final de la Valrhona Chocolate Chef Competition en Nueva York en octubre pasado, una de las competencias más prestigiosas y exigentes de su tipo.

Nació en Caracas el 22 de mayo de 1991. Cuenta que su infancia transcurrió entre los dulces sabores de una florentina, un helado y la fruta madura del jardín de su casa. Afirma que en su familia la comida siempre estuvo vinculada a la unión y la celebración: “Y creo que es ese amor el que hoy día busco traducir en mis platos, recrear esos momentos”.

Estudió cocina en el Pacific Institute of Culinary Arts de Vancouver, Canadá, pero su pasión por la pastelería la descubrió después en su ciudad natal Caracas, de la mano del chef Carlos García, durante su pasantía en Alto Restaurante.

Actualmente está radicada en Barcelona, España. Durante dos años trabajó en el restaurant catalán Moments, reconocido con dos estrellas Michelin, bajo la tutela de la prestigiosa chef Carmé Ruscalleda; y hace poco fue captada por el también destacado chef Jordi Cruz para formar parte de su equipo en el restaurant ABaC, también reconocido con dos estrellas por la guía gastronómica francesa; desde allí compartió con Dulcear, parte de su trayectoria y algunos de sus secretos.

¿Cómo llegaste a entrar en el mundo de la alta pastelería?

He tenido la suerte de aterrizar con fuerza en la alta gastronomía, Alto me abrió los ojos respecto a la filosofía y ética con la que quiero continuar mi carrera. Y los restaurantes en los que he trabajo en España me brindaron la oportunidad de seguir creciendo y explotar mi potencial.

¿Cómo llegaste a trabajar en Moments?

Moments fue una oportunidad caída del cielo. Apliqué a una posición para la cual aún no estaba “calificada”, y siempre les estaré agradecida por el riesgo que tomaron en contratarme; mi única tarea fue retribuírselos en esfuerzo, y fueron dos hermosos años de éxitos juntos.

¿Quiénes han sido tus mayores influencias?

La chef Melinda, mi instructora en el Pacific Institute of Culinary Arts; Carlos García, mi amigo y mentor incondicional; y Carmé Ruscalleda, ícono de la ética y trabajo. A ellos les debo mi carrera, y espero poder seguir compartiendo con ellos los éxitos que puedan venir en un futuro.

¿En qué te inspiras cuando creas?

La creatividad es algo muy lindo, porque nunca es igual. El proceso puede ser inmediato, como puede ser una semilla que se transforma mil veces antes de llegar a brote.

¿Cuál o cuáles de tus creaciones te hacen sentir más orgullosa?

Para mi cada plato es importante, y una de las razones es porque invierto tanto de mí en los postres que más allá de ser un “trabajo” los siento personalmente. Espero seguir cocinando así siempre.

¿Cómo llegaste a participar en la Valrhona Chocolate Chef Competition?

Empezó siendo un ejercicio creativo, porque no pensé que iba a ser siquiera seleccionada, y se convirtió en el año más exigente, gratificante y especial de mi vida.

¿Qué aprendiste en esa competencia? ¿Cómo marcó tu carrera?

Ha sido, sin duda alguna, un punto de inflexión, y la transformación fue tanto personal como profesional. Fue un año en el que me puse al límite, que exigió toda mi dedicación y esfuerzo, muchos sacrificios… Pero también el más gratificante, sobre todo por haber podido compartir los éxitos con la gente que quiero.

¿Cómo te sentiste cuando supiste sobre el reconocimiento de la Revista Forbes?

Impresionada, halagada, incrédula.

¿Cómo conociste al chef Jordi Cruz? ¿Y cómo pasaste a formar parte de su equipo?

Lo conocí en un evento donde participaron todos los chefs de estrellas Michelin aquí en Barcelona, y su propuesta gastronómica me llamó la atención para seguir desarrollando mis conocimientos junto a su equipo.

¿Qué nos puedes contar de tus primeros pasos en el restaurant ABaC?

Acabo de empezar, pero no veo más que posibilidades de crecimiento y eso me hace muchísima ilusión.

¿Cómo es un día normal en la vida de Andrea Dopico?

¡Muy ajetreado! Pero siempre canto, siempre río, y busco acostarme orgullosa de mi trabajo diario.

¿Qué te gusta hacer cuando no estás “pasteleando”?

Escaparme a la naturaleza, comer y ver a mis amigos.

¿Compartes tus secretos culinarios?

¡Todos! Es la única manera de crecer.

¿Podrías compartir alguno de tus secretos con nosotros?

En un postre al plato, los ingredientes hay que probarlos en conjunto, ya que individualmente nunca tendrán sentido, unidos sí.

¿Tienes algún proyecto en puertas?

Varios congresos este año, pronto les contaré más.

 
En un suspiro…

¿A qué dulce sabe tu infancia?

A parchita (maracuyá).

¿Cuál es tu dulce tradicional venezolano favorito?

El Quesillo.

Qué postre anhelas probar…

Cualquiera compartido con mi familia.

Para ser un buen pastelera hay que…

Ser constante y autocrítica.

¿Cuál es tu ingrediente favorito?

El chocolate.

Este sería un mundo más dulce si…

Fuésemos más empáticos.

¿Qué cualidad esperas en un buen postre que también esperas en una persona?

Su balance.

Cuando seas mayor quiere ser…

[Seguir siendo] feliz.