Cuando no hay casi nada en la nevera, de repente tienes suerte y metes un hit. Así pasó hoy con una nueva variante de la receta de "ponqué requeteprobado de chocolate". Sin leche, ni harina, pero esta vez con un poco de aceite y un poco de azúcar, fue que resolví.

Cuando es un postre rápido, se usa la licuadora.

Como no tenía leche de vaca, la hice de arroz, licuando tres cucharadas de arroz con una taza de agua.

Se reserva y se lava la licuadora para empezar a hacer la torta:

Siempre y en este orden se coloca: primero dos huevos, y luego el azúcar (me quedaban cinco cucharadas).

Sobre el azúcar se coloca el aceite que tengas; yo tenía media taza.

Luego se agrega la leche de arroz, cinco cucharadas de maicena para espesar, junto con cinco o seis cucharadas grandes de polvo de bebida achocolatada: cualquiera sirve. Yo digo que siempre es mejor el cacao en polvo; pero en este trance uno usa lo que sea.

Como no tenía harina de trigo, le agregué tres paqueticos de galletas tipo “María” trituradas, que son de harina de trigo.

Se añade una cucharadita de polvo de hornear y una pizca de sal.

Se licúa bien y va por media hora al horno en un molde enharinado. (Se debería decir enmaiceneado porque fue maicena lo que usé).

Recuerden que cuando huelen a torta, le falta 10 minutos para estar lista.

Resumen:

  • 2 huevos

  • Media taza de azúcar. Si no tengo le pongo refresco de colita.

  • Media taza de aceite, si no tengo le pongo margarina. Si tampoco, a veces le pongo queso amarillo que es grasoso. Hasta mayonesa he usado en vez de huevos y aceite y no le aporta sabor a una torta.

  • 3 paquetes de galletas dulces tipo “María” en vez de harina.

  • 1 taza de agua con tres cucharadas de harina de arroz. Si tengo leche de vaca la uso.

  • 5 cucharadas de polvo de bebida achocolatada. Mejor si consigues cacao en polvo.

  • 5 cucharadas de maicena.

  • 1 cucharadita de polvo de hornear.

  • Pizca de sal.


Me cuentan si hacen alguna sustitución y cómo les queda.

Recuerden que la receta solo sirve para tener una idea de lo que lleva; después, el que cocina es el corazón.

Por eso, cocinar de pie y para alguien, sea sin dudas, un acto de amor.

 

 

Alberto Lindner comparte, inventa y cuenta deliciosas recetas en su blog: www.cocinardepie.blogspot.com